La artesanía es tan antigua como la humanidad y aunque
hubo un tiempo en que los artesanos casi desaparecen con el nacimiento de
la producción en serie y la industrialización, hoy, florece
como muestra de la cultura y destreza de nuestros pueblos,
realizándose
como hace siglos.
Esta cultura popular es el ejemplo de la unión de nuestra gente con
su entorno. Lo que en un principio se creaba para ser aprovechado en las necesidades
cotidianas y facilitar el trabajo del campo y el hogar (aperos de
labranza,
útiles de cocina, cestas de mimbre, pieles, colchas), con el
paso del tiempo, en un mundo dominado por la mecanización y la uniformidad,
busca crear objetos agradables y curiosos, más decorativos que funcionales,
donde son todavía visibles los vestigios de un pasado más
esplendoroso.
En todos nuestros municipios disfrutamos de la artesanía popular que se mantiene de manera anónima, inspirada en nuestras raíces culturales con cientos o miles de años de antigüedad;
También se llevan a cabo de manera artesanal otras labores como:
Telares: para la confección de cortinas, bufandas,
toallas, alfombras…
Bordados a mano de sábanas, mantelerías, mantos para figuras
religiosas…
Encajes de bolillos
En algunos de nuestros pueblos se han creado museos de artes y tradiciones populares con el fin de preservar y apreciar estas muestras de artesanía popular y documentar el desarrollo de nuestra cultura y la transformación por ella sufrida.