Contamos con dos grandes embalses, el de Cíjara y el de García Sola, en los que el aficionado a la pesca podrá disfrutar de este deporte, gracias a su gran variedad y riqueza piscícola.
Hace unas décadas, estos embalses eran considerados santuarios por los
pescadores de black-bass, pero debido a la sequía y
al desembalse para abastecer las zonas de regadío, las poblaciones de
blasses y lucio comenzaron a descender, pasando a ser los embalses una masa
de agua con ciprínidos (carpa, barbo y algunas bogas)
y pocos depredadores para controlarlos.
Hoy en día la recuperación es un hecho y vuelve a haber blasses
y lucios, aunque los tamaños no son los de antes.
Ambos embalses tienen orillas adecuadas para la pesca, de agradable andar, con reculajes someros donde la pesca entra para alimentarse y zonas de roquedo donde el lucio se siente a sus anchas.
Casi todos los puntos a los que se tiene acceso son buenos para pescar, pero sobre todo aquellos a los que para acceder es necesaria una embarcación o caminar hasta ellos por encontrarse alejados de los caminos y carreteras.
Algunas de las zonas más recomendables para pescar pueden ser, la recula de Valdecaballeros, lugar excelente para el barbo grande, carpa, lucio y aunque en menor medida también para los blasses, la caída de la presa, con una población de carpas descomunales.
Así como lucios, blasses y barbos, la entrada del Guadiana al embalse, que en primavera es el lugar ideal para barbos y bogas, el puente viejo del río Benazaire lugar idóneo para el lucio, la orilla aledaña de Peloche, donde existen varias reculas en las que encontraremos blasses, lucios y barbos; también en la orilla opuesta en el conocido como puente de las bogas podemos disfrutar de un paisaje de roquedos, donde habita el buitre leonado,